Nuestra más reciente expresión en el camino de la viticultura responsable y con cada vez menor intervención: 0 de azufre.

¿Por qué evitar el Azufre?
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El azufre se usa en esta instancia para evitar oxidaciones y preservar la estabilidad biológica del vino.

SIN AZUFRE

Monitoreamos el oxígeno disuelto permanentemente y rellenamos los recipientes para evitar que actúe, además de remover las borras para que estén en suspensión ya que ayudan a su metabolización.

El azufre se usa al final de la fermentación (alcohólica y maloláctica) para ayudar a la limpieza del vino y controlar los procesos de oxidación.

SIN AZUFRE

Aquí también los mecanismos de control son similares y se enfocan en metabolizar el oxígeno y evitar su función oxidativa.

El azufre se usa en forma previa a la fermentación por su función bacteriostática y antiséptica para limpiar el medio de bacterias y levaduras.

¿Cuáles?

Aquellas de bajo poder alcoholigeno, no deseadas industrialmente. Así se facilita el desarrollo de levaduras inoculadas (muchas veces genéticamente modificadas).

SIN AZUFRE

Preferimos que el vino exprese sus características de lugar. También es determinante la uva que molemos y en qué condiciones de pH y alcohol, para asegurar la correcta dinámica microbiológica del vino.

En esta instancia el azufre se utiliza, en la menor medida posible, para controlar enfermedades criptogámicas, aunque apuntamos a reemplazarlo pronto por métodos biológicos.

Asimismo, es bueno recordar las principales prácticas que rigen nuestra filosofía:

1

0 agentes externos al ecosistema

2

Mínima intervención humana

3

Autosustentabilidad agrícola